La tecnología y el arte fueron vistos por la mayoría de los artistas como dos extremos diferentes. Afortunadamente, eso ya es cosa del pasado. Tanto el arte como la tecnología definen y continúan dando forma al mundo en que vivimos. Reimaginar lo que conocemos como real o como un terreno sólido empuja nuestras opiniones y comprensiones de la naturaleza hasta los límites. Y con nuevas invenciones y experimentos, tanto la mente como el cuerpo, el lenguaje y el mundo mismo parecen estar haciendo espacio para una esfera diferente y reglas frescas. Gobernada por la nueva estética, lo virtual, lo científico y la lógica que va más allá de lo creíble, la tecnología en el arte desafía nuestras percepciones y ahí es donde radica la creatividad y la ciencia. 

El cambio en la naturaleza de las obras de arte junto con el cambio en la interacción pública y la redefinición de los museos y espacios de exhibición están creando más espacio hoy que nunca antes para algunos de los ejemplos más sorprendentes de la mezcla de arte y tecnología a través del arte digital, las piezas cinéticas y obras que exploran Internet y la existencia en línea. 

La verdad es que desde sus comienzos, la tecnología ha proporcionado a los creativos formas originales de expresión. Los grandes cambios, como la transición de la expresión analógica a la digital, retrocediendo aún más en el tiempo, el nacimiento del impresionismo, las famosas serigrafías de Andy Warhol o las perturbadoras obras de performance de Stelarc, no habrían sido posibles si la tecnología y la ciencia, en paralelo con el camino de los creativos, no hubieran impulsado la producción original y nuevas fronteras. 

Junto con la investigación de la percepción de los ojos y la teoría del color, el nacimiento de la fotografía y las imágenes en movimiento de Walt Disney, nada más ha ayudado a transformar actividades como la pintura, el dibujo, la escultura y la música que la invención de la computadora entre 1936 y 1938. Con ella, nació una comprensión completamente diferente hacia la producción creativa y la relación entre arte y tecnología.

Las industrias culturales y creativas (ICC) siempre han desempeñado un importante papel impulsor en el desarrollo de procesos innovadores que aprovechan el capital humano, las especializaciones verticales y las redes -a menudo informales- que contribuyen a la creación de la "economía blanda". Los sectores creativos no solo son generadores de iniciativas con un fuerte impacto social, sino que también crean efectos positivos en la economía.

De hecho, durante el confinamiento por el COVID-19, las CCIs han incrementado exponencialmente el uso de la tecnología digital. Por un lado, se ha incrementado la conciencia sobre la importancia de las TIC, un canal en el que invertir más recursos. Por otro lado, se han evidenciado las brechas tecnológicas de las organizaciones culturales que necesitan una mayor interacción con profesionales en TIC para desarrollar estrategias integradas y competencias clave. 

La crisis también sacó a la luz la urgente necesidad de fomentar aún más la fertilización cruzada entre los sectores culturales y creativos y las industrias tradicionales, como la salud y la educación, para desarrollar nuevos y más modelos de negocio sostenibles, aumentar la oferta innovadora y generar efectos beneficiosos en el territorio y la economía. Con esto en mente, estamos construyendo una serie de herramientas para proporcionar "La tecnología se encuentra con las artes" que relaciona las ARTES y las TIC y actividades que eliminan las barreras entre los dos sectores para estimular la creatividad e innovación.