En 1982, Blade Runner cautivó al público con su visión tecnodistópica del futuro. 40 años después, algunas de sus predicciones parecen estar haciéndose realidad.
Con el rápido avance de la tecnología en el mundo moderno, parece que nos estamos acercando a una versión de la sociedad distópica representada en Blade Runner. La inteligencia artificial y la robótica se están volviendo más avanzadas con cada día que pasa, y no es difícil imaginar un futuro en el que tengamos que enfrentarnos a los mismos dilemas éticos que los personajes de la película.
“A principios del siglo XXI, la Corporación Tyrell avanzó la evolución de los robots hacia la fase NEXUS - un ser virtualmente idéntico a un humano conocido como un replicante. ... Después de una sangrienta rebelión por parte de un equipo de combate NEXUS 6 en una colonia fuera del mundo, los replicantes fueron declarados ilegales en la Tierra, bajo pena de muerte ... Esto no se llamó ejecución. Se llamó jubilación." - texto de apertura de "Blade Runner" (1982)
La película clásica de culto de Ridley Scott, Blade Runner, retrata un futuro distópico creado por el desarrollo caótico e incontrolado de las nuevas tecnologías de la humanidad.
La película explora los peligros, las incertidumbres y las ambigüedades morales y éticas que rodean a la inteligencia artificial avanzada (IA). Blade Runner plantea preguntas importantes sobre el papel de la IA en nuestra sociedad y si estamos preparados para hacer frente a las consecuencias de crear máquinas tan inteligentes e incluso más inteligentes que los seres humanos. Las interacciones entre los seres humanos y los androides avanzados conocidos como replicantes retratan un mundo en el que la línea entre personas reales y falsas está irremediablemente borrosa. Blade Runner cuestiona lo que significa fundamentalmente ser humano, siguiendo a cuatro replicantes que han regresado a la Tierra para conocer a su creador.
Los replicantes, como su nombre indica, son en esencia sistemas de IA dotados de cuerpos bioingenieros avanzados diseñados para replicar las capacidades físicas y cognitivas de los seres humanos. Sin embargo, la película sugiere que las implicaciones éticas de crear robots similares a los humanos son profundas y de largo alcance.
La IA de hoy en día consiste en tecnologías como algoritmos de aprendizaje automático, procesamiento del lenguaje natural y visión por ordenador, que pueden identificar patrones y correlaciones para predecir resultados. Sin embargo, los expertos están más preocupados por el funcionamiento oculto de las cajas negras de los algoritmos manipulativos y prejuiciosos que toman decisiones sobre nuestros trabajos, dinero y libertad. Las plataformas digitales sentadas en fosos de datos les dan la capacidad de manipular lo que compramos o cómo votamos.
IA Y NUESTRAS RELACIONES CON ELLAS Estas preguntas son interesantes para entender nuestras relaciones con la tecnología y lo que significa ser humano. La película cuestiona si la IA debería imitar el afecto humano y la emoción en su lenguaje. Plantea preguntas importantes sobre el papel de las máquinas en nuestra sociedad y si estamos preparados para lidiar con las consecuencias de crear máquinas tan inteligentes, si no más inteligentes, que los humanos. Aunque los robots humanoides son poco probables en un futuro previsible, necesitamos leyes para lidiar con las consecuencias de los algoritmos ocultos de la "caja negra" que informan las decisiones del gobierno y el sector privado. Para los humanos, existen muchas leyes y regulaciones que existen para nuestra protección. ¿Deberíamos tener las mismas leyes para los robots? Es importante que consideremos estas preguntas ahora, antes de que la tecnología se vuelva demasiado avanzada y ya no la controlemos.