La pregunta sobre qué es real versus lo que es verdadero puede parecer extraña. En inglés, a menudo usamos estas palabras indistintamente por conveniencia y generalmente no hay mucho problema con eso. Sin embargo, hay una pequeña pero clara diferencia entre ambas. La siguiente pregunta que puede hacer es: ¿a quién le importa? Bueno, resulta que la diferencia influye en cómo se ve a uno mismo, cómo ve el mundo, su narrativa interna y mucho más. Es hora de prepararse y ponerse el sombrero de filosofía.
Según muchos filósofos, algo es real si tiene existencia y sustancia real. Algo que es real no necesita ser demostrado. Tu computadora, tu silla y tu mesa son reales. Estas son cosas que existen y no requieren explicación. Es la realidad. Por otro lado, algo que es verdad debe derivar de evidencia y razón, sin importar cuán buena o mala sea esa evidencia y razón. Las matemáticas son un concepto que es verdad pero no real. El número diez, por ejemplo, no existe en el mundo real. La única forma de explicar el concepto del número diez es mediante el uso de cosas reales (como alinear diez botellas y decir "¡mira, diez!") o explicando el concepto del número diez. Algo que es verdad intenta reflejar e interpretar la realidad. Donde se vuelve interesante es cuando "lo que es real versus lo que es verdad" entra en nuestras vidas diarias.
Real pero no Verdadero
Muchas cosas en tu vida son reales pero no verdaderas. Las principales son las historias en tu cabeza y los sentimientos en tu cuerpo. La mayoría de las personas en algún momento han sentido una cascada de pensamientos, cayendo por sus cabezas acerca de ellos mismos, otras personas o alguna cosa específica que parece salirse de control. Mientras tanto, te sientes como un espectador en tu propia cabeza, indefenso mientras esperas a que la tormenta eventualmente se calme por sí sola. La mayoría de las personas han sentido algún tipo de ansiedad en forma física. Náuseas, dolores de estómago, dolores de cabeza o incluso temblores. Tus pensamientos, sentimientos, emociones y sensaciones físicas en tu cuerpo son todos reales, pero no son verdaderos. Lo que esto significa es que, aunque los pensamientos realmente están sucediendo y hay una bioquímica real que los acompaña, son solo representaciones en nuestra mente. No son la experiencia de este momento viviente. Así como un mapa no es el territorio que representa, nuestros pensamientos no son la realidad. Nuestros pensamientos y sentimientos, la mayoría de las veces, crean un velo entre nosotros y la realidad. Este velo nos impide ver la verdad y la mayoría de las veces ni siquiera sabemos que el velo está allí. Esto es lo que sucede cuando te llamas malo por un pensamiento fugaz que tuviste. Es lo que sucede cuando los ruidos naturales en el estómago antes de una gran actuación se convierten en una mini crisis nerviosa. Lo real y lo verdadero se mezclan con frecuencia en un lío caliente. Nuestros pensamientos y emociones son reales, existen dentro de nosotros, pero no nos dicen nada acerca de quiénes somos o de lo que en realidad es verdad. Tendemos a pensar en los pensamientos y emociones como algo real y verdadero, pero solo son reales. En otras palabras, las cosas son verdaderas solo en la medida en que creemos que lo son, ya sea la creencia en un sistema capitalista o socialista, la creencia en lo que significa nuestro peso o la creencia en el tipo de persona que somos. Las cosas que son reales están establecidas en piedra, pero cuando se trata de nuestras propias mentes y cuerpos, depende de nosotros descubrir cuál es la verdad en realidad.
Algunos dirían que ya estamos en un mundo "post-verdad". Con organizaciones y actores con una agenda política difundiendo deliberadamente información falsa, mientras acusan a los medios convencionales y otros de informar "noticias falsas" y con granjas de trolls en estados rebeldes produciendo propaganda engañosa a un ritmo despiadado, juzgar la veracidad de la información en línea o impresa es más difícil de lo que era hace solo dos décadas. La confianza en los medios de comunicación masivos en los Estados Unidos ha caído de un máximo histórico del 72% a fines de la década de 1970 a un mínimo histórico del 34% en 2022 (Gallup), con un asombroso 38% de los encuestados afirmando no confiar en ninguna fuente de medios de comunicación masivos. En Suecia, se ha creado una nueva agencia gubernamental con un objetivo explícito de educar a los ciudadanos suecos para que comprendan la importancia de revisar críticamente la información y evaluar las fuentes de información. Ya estamos en una guerra cibernética por la verdad.
Es difícil predecir cómo el desarrollo y uso de la inteligencia artificial (IA) impactará en la sociedad en el futuro. Algunos expertos creen que la IA tiene el potencial de mejorar nuestra capacidad para acceder y analizar información, lo que llevaría a una mayor comprensión del mundo que nos rodea y posiblemente contribuiría a una sociedad más informada y basada en evidencias.
Sin embargo, también es posible que la creciente dependencia de la IA y la automatización podría llevar a la propagación de información errónea o la manipulación de datos, lo que podría contribuir a un mundo de "post-verdad" en el que las creencias o agendas personales tienen prioridad sobre los hechos objetivos.