Esta es una historia triste. Esta historia habla sobre un pavo. Estoy hablando del "pavo inductivista". Esta es una historia bastante antigua y muchos filósofos de la ciencia han escrito sobre ella durante años, tal vez por su falta de bromas, ¿quién sabe?
Esta metáfora, así es como se le llama correctamente, fue inventada por el famoso lógico Bertrand Russel y reformulada por Carl Popper después.
Este pavo descubrió que, en su primera mañana en la granja de pavos, lo alimentaron a las 9 a.m. Sin embargo, siendo un buen inductivista, no saltó a conclusiones. Esperó hasta haber recopilado una gran cantidad de observaciones sobre el hecho de que lo alimentaron a las 9 a.m., y realizó estas observaciones en una amplia variedad de circunstancias, los miércoles y jueves, en días cálidos y fríos, en días lluviosos y secos. Cada día agregaba otra declaración de observación a su lista. Finalmente, su conciencia inductivista estaba satisfecha y llevó a cabo una inferencia inductiva para concluir, "Siempre soy alimentado a las 9 a.m.". Lamentablemente, esta conclusión se demostró falsa de manera inequívoca cuando, en Nochebuena, en lugar de ser alimentado, le cortaron la garganta. Una inferencia inductiva con premisas verdaderas ha llevado a una conclusión falsa. (via Alan Chalmers, ¿Qué es esta cosa llamada ciencia?, 2ª edición, University of Queensland Press, St. Lucia, 1982)
La inducción es una forma de razonamiento que parte del examen de un número de casos específicos y conduce a una conclusión universal. Por ejemplo, una serie de hallazgos como "esta herramienta de seguimiento de tiempo es aburrida, esta segunda herramienta de seguimiento de tiempo parece demasiado compleja, esta tercera herramienta de seguimiento de tiempo no me está ayudando con mi gestión del tiempo, etc." naturalmente llevará a esta suposición: "todas las herramientas de seguimiento de tiempo son aburridas, demasiado complejas e innecesarias". Como se puede ver, la inducción procede a partir de datos individuales según el esquema: algunos → todos.
Sin embargo, en una inducción, la verdad de las premisas (aunque sean muchas) nunca garantiza la verdad de la conclusión y el resultado: un contraejemplo (un software de seguimiento del tiempo inesperadamente simple y fácil de usar) desecha la conclusión de una inducción.
En nuestra vida cotidiana, sin embargo, constantemente dependemos de las inducciones. Estas nos brindan predicciones sobre los resultados de nuestras acciones y las interacciones que tenemos con el ambiente que nos rodea. Sin las inducciones, nuestro mundo sería caótico ya que no tendríamos razón para creer que el futuro es similar al pasado. Cada cambio en esta regularidad a la que estamos acostumbrados generaría muchas dudas.
¿Las inducciones siempre son verdaderas?
Una vez que el filósofo Karl Popper leyó esta historia, argumentó inmediatamente que la verdad de las declaraciones universales no está justificada lógicamente a través de la verdad de proposiciones individuales, por muchas que éstas sean: cualquier conclusión obtenida de esta manera siempre puede ser falsa.
¿Cuál es la propuesta de Popper? Su idea es que, una vez admitido que no existen procedimientos inductivos que permitan establecer la verdad de hipótesis y teorías, debería abandonarse la pretensión de poder atribuir a las afirmaciones científicas una verdad.
La ciencia no es verificable empíricamente.
De hecho, no importa cuántas declaraciones singulares tengamos a nuestra disposición, estas no pueden verificar declaraciones universales, mientras que una sola declaración singular puede falsificar.
¿Todos los cisnes son blancos, verdad? O tal vez, no...
Todos hemos experimentado un cisne negro a escala global, "COVID-19", para que las empresas sobrevivan, todos necesitamos pensar de manera diferente, no solo fuera de la caja. Me he reunido con varios clientes en el último año, aquellos que sobreviven y mejoran son aquellos dispuestos a cambiar.
